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Valeria Díaz viajaba en el asiento del copiloto de su Beetle. Su sobrino de 13 años conducía a gran velocidad y con la música a todo volumen. Así andaban los dos de un lado a otro, la noche del viernes en calles de la Colonia Morelos. Unos 10 minutos después, la música ya no sonó, el auto se detuvo… a Valería acababan de herirla de muerte. 

Así fueron los últimos minutos de vida de esta mujer de 28 años de edad, conocida como una de Las Novias de La Unión. 


LOS HECHOS:
Pasaban de las 23:00 horas cuando Valeria y su sobrino paseaban por la colonia Morelos. Algunos amigos y familiares los vieron por ahí. El alto volumen de la música provocaba que voltearan a verlos al pasar. 

Cerca de la media noche, Valeria regresó a su casa. “Ya métete, ahorita regreso”, le dijo a su sobrino, y lo dejó.


Valeria tomó el volante de su auto, mientras que tres amigas subieron al Beetle. A su lado viajaba Brillit Pérez, una joven de 17 años. Atrás se acomodaron Leslie y otra de ellas. Las cuatro se fueron de ahí. 

No pasaron más de tres minutos cuando notaron que un par de motonetas comenzaron a seguirlas de cerca. Cuatro hombres iban en ellas.

Al llegar a la calle de Mineros, Valeria pisó el acelerador. “¡No hay pedo, no hay pedo, vamos con mi tío!”, les dijo a sus amigas, mientras buscaba escapar de los motociclistas. 

Sin embargo, cuando llegó al cruce con la calle Alfarería, una de las motos se le emparejó del lado del piloto. El hombre que iba en la parte de atrás, comenzó a dispararles. Fueron al menos 19 tiros los que efectuó.

Aun herida, avanzó algunos metros. Pasó un altar de la Santa Muerte, y en la calle de Panaderos se detuvo. Valeria se desvaneció; lo mismo sucedió con Britllit.

Las amigos que iban atrás, las vieron sangrando. Aprisa se bajaron del auto y llamaron por teléfono a Gloria Martínez de la Rosa, mamá de Valeria. Le contaron lo que pasó y le dijeron dónde estaban. 


El ruido de las balas provocó que decenas de personas salieran de sus casas y se juntaran alrededor del auto. 

Hasta ahí llegó la mamá de Valeria y su primo Tony, a quien conocen en la colonia Morelos como un extorsionador apodado El Patas. 

Fueron ellos quienes se llevaron a Valeria y a Britllit al hospital. Pero de nada sirvió. Las dos murieron en las bancas de Urgencias del hospital Balbuena. 

Mientras lo hacían, los hombres en moto huían de ahí. La Fiscalía de Justica de la Ciudad (FGJCDMX) hizo un análisis de las cámaras de la Ciudad para ubicar la ruta de fuga de los sujetos.  

Descubrieron que huyeron a toda velocidad hacia Ferrocarril Hidalgo, luego se dirigieron a  Congreso de la Unión, de ahí al Circuito Interior… al legar a la calle 661 les perdieron el rastro. lo último que supieron fue que se internaron en el Estado de México.  Las investigaciones para ubicar a los sicarios, continúan. 

Anoche Valeria y Britllit fueron llevadas por sus familias a distintos lugares para velarlas.