“Aquí el que manda soy yo”, decía “Don Chelo”. De allí se fugó “El Chapo”. Se cierra célebre prisión
El 28 de septiembre, las autoridades de México anunciaron el cierre del Centro Federal de Readaptación Social número 2 en el estado de Jalisco, oeste del país, más conocido como la prisión de Puente Grande. Al mismo tiempo, se informó que los internos que allí se encuentran serán transferidos a otras instalaciones.
También se reubicarán en otros lugares del país los guardias y funcionarios que trabajan en el centro penitenciario, añadió el comunicado.
La prisión tomó fama por albergar a capos del narcotráfico como Joaquín Guzman Loera “El Chapo”, que huyó de penal. Foto: Fernando Carranza, Cuartoscuro
No se especificó la razón del cierre, pero en mayo pasado ese centro fue el escenario de una trifulca que dejó un saldo de ocho muertos y ocho personas más heridas, según las autoridades del estado. Luego del suceso, los funcionarios penitenciarios decomisaron dos armas de fuego y un dispositivo explosivo, pero no dijeron cómo habrían ingresado las armas a la instalación.
Un año antes, en agosto de 2019, el capo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) Heleno Madrigal Virrueta, alias “El 20”, fue hallado muerto en su celda. Las autoridades reportaron el deceso como un suicidio, pero otras figuras del crimen organizado recluidas allí han muerto en extrañas circunstancias.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Puente Grande tenía mala fama por albergar a grandes capos de los cárteles de México, pero pasará a la historia por la fuga del capo del Cártel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.
El “Chapo Guzmán” durante su primera presentación a medios de comunicación en el año de 1993, en el penal de Puente Grande. Foto: Pedro Valtierra, Cuartoscuro
La crema y nata de los capos de México estuvo tras las rejas en Puente Grande, incluyendo el jefe del Cártel de Guadalajara Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y el líder de la Organización Beltrán Leyva (BLO) Alfredo Beltrán Leyva, alias “El Mochomo”.
Pero fue “El Chapo” quien compró su salida de la prisión de máxima seguridad. En enero de 2001, salió de su celda con seguridad electrónica, tras lo cual alguien lo sacó en un camión de lavandería. Otro oriundo de Sinaloa, Dámaso López Núñez, quien era vicedirector de la prisión en ese tiempo, lo ayudó a escapar y eventualmente se convirtió en narcotraficante por mérito propio, con el alias de “El Licenciado”.
Vista panorámica del Centro Federal de Readaptación Social Número 2 Occidente, esto después de anunciarse el cierre del ya mencionado centro penitenciario. Foto: Fernando Carranza, Cuartoscuro
En Puente Grande, los guardias cedieron el control a los internos de alto perfil. En 2017, en un video de una fiesta ofrecida por el agente del CJNG José Luis Gutiérrez Valencia, alias “Don Chelo”, aparecía él rodeado de guardaespaldas mientras otros presos bailaban y bebían a su lado. Los Buchones de Culiacán, un grupo musical famoso por sus narcocorridos, incluso tocaba canciones en las que se elogiaba al jefe del CJNG durante la celebración.
“Aquí el que manda soy yo”, decía “Don Chelo”, dejando en evidencia la falta de control oficial en ese centro.
La clausura de Puente Grande puede ser un desarrollo positivo dado su historial anárquico. Pero el grado de corrupción en el sistema penitenciario en México y los diversos vacíos legales a los que aún pueden recurrir quienes tengan los medios implican que la máxima seguridad rara vez cobije a los criminales más notorios de México.
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