Confesión de un sicario: Me pagan 5 mil pesos mi salario “no es malo”
El joven que alguna vez fue un niño indefenso se sumó a las filas de la delincuencia organizada y al narcotráfico, convirtiéndose en un sicario que de acuerdo a sus palabras, “no siente nada” al asesinar a sus víctimas.
Pedro un joven sicario reveló a un medio de comunicación de la Ciudad de México como ha sido parte de su vida a lado del mundo criminal, la cual inició desde que él era un niño.
Pedro, el joven de 24 años que se ha convertido en un sicario, reveló que apenas con 12 años de edad probó la marihuana, tiempo después empezó a esconder armas de fuego encajes de pizza, se volvió adicto a las drogas y participó en 10 asesinatos.
Desde temprana edad se unió al crimen organizado al sumarse a las filas del grupo criminal de la Anti-Unión Tepito, donde empezó a trabajar como sicario.
Cómo sicarios gana al menos 5 mil pesos
El joven asegura que su salario como sicario “no es malo” pues le pagan aproximadamente 5 mil pesos a la semana. Las labores que debe de hacer como sicarios son “cuidar el negocio, cuidar a todas aquellas personas que entran y a los que salen”.
Pedro aseguró que su salario no está limitado, pues quien lo desee puede ganar más dinero, aunque ello no es nada fácil, pues significa poner en riesgo sus vidas. El joven sicario indicó que cuando están presentes en una balacera y logran salir victoriosos entonces sus jefes les pagan hasta 10 mil pesos.
Esta no es la única forma de ganar dicha cantidad, pues de vez en cuando los mandan a “eliminar” dealers del bando contrario, es decir a aquellas personas que se dedican a vender la droga pero no pertenecen al mismo grupo criminal que él, si logra esta misión también recibe 10 mil pesos.
Pese a lo perturbador que pueda ser esta tarea Pedro asegura que él no siente remordimiento, “No siento nada por la gente asesinada porque me pongo en la situación de que, si ellos me hubieran hecho algo a mí, tampoco hubieran sentido algo por mí”.
Pedro no recuerda cuántas personas ha matado, dice que son decenas, tantas personas que ya no lleva la cuenta.
Mencionó que asesinando a los dealers lograba cuidar el negocio de la organización criminal a la que pertenece, pues los clientes al ya no tener otro vendedor regresaban con ellos.
“Lo que hacíamos era ir y matar al que vendía la droga de la otra organización para que todos los clientes de él se regresaran con nosotros”.
Asegura que ser sicario no es nada fácil y que para lograrlo necesitas dos cosas: lealtad y suerte.