"TRES CARTELES en GUERRA,los MARINOS ESCOLTANDO a CAPO y la GUARDIA NACIONAL PASMADA"...el fracaso siempre ha tenido explica$ion.
El pasado domingo 18 de febrero, las noticias sobre la pandemia iban cayendo sobre el país. Aquel día, grupos operativos de la Marina y la Fiscalía de Guanajuatorecibieron un reporte de inteligencia que indicaba que un alto personaje del Cártel de Santa Rosa de Limasostendría una reunión en el Vips de Celaya.
El personaje era Luis Ángel Lara Belman, El Tortugo, identificado como uno de los jefes de plaza a las órdenes de José Antonio Yépez, El Marro, cabecilla del grupo criminal.
Fue un operativo limpio. El Tortugo y cinco acompañantes fueron detenidos sin que hubiera disparos. Nadie esperaba, sin embargo, que a Lara Belman lo estuvieron acompañando tres marinos en activo, y dos personas recién llegadas de Sinaloa. El grupo se hallaba en plena negociación cuando irrumpieron las autoridades.
El gobernador del estado reveló que los miembros de la Armada procedían de otras entidades; dijo que no podía ofrecer más detalles, porque así lo había pedido la Marina.
No se hallaron elementos para detener a los sinaloenses. Quedaron en libertad.
Desde noviembre circularon en el estado rumores de que sicarios de Sinaloa, aliados con El Marro, habían arribado a Guanajuato para detener el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación. El gobierno los desmintió. Consta, sin embargo, que desde 2017 El Marro buscaba una alianza con El Mayo Zambada, y se encontraba en charlas con los hijos del Chapo.
Desde ese año, la ofensiva del Cártel Jalisco en contra del de Santa Rosa de Lima se había vuelto bestial. En unos meses, las ejecuciones se dispararon 160 por ciento. El Marro comenzó a recibir golpe tras golpe. Trascendió en algún momento que el Cártel de Sinaloa había despreciado el ofrecimiento: “respondieron que ellos no eran rateros y que su negocio era otro”.
Había grupos sinaloenses operando desde hacía muchos años la venta de droga en el estado, y a ellos también los sacudió la embestida del Cártel Jalisco.
Guanajuato atraviesa su peor momento en términos de violencia. Solo en el mes de abril de 2020 se registraron 326 ejecuciones. Ningún otro estado presentó estos números (en el que muestra las cifras más cercanas, Baja California, hubo 237). En algunos municipios, Celaya entre ellos, las muertes violentas crecieron 66%, según análisis de Lantia Consultores.
Ese mes ocurrieron 67 ejecuciones en León, 63 en Celaya, 45 en Salamanca, 37 en Irapuato. De los diez municipios del país con mayor número de ejecuciones en el mes de abril, cuatro eran guanajuatenses.
La historia de violencia se complicó aún más en marzo de 2019, el día en que se filtró una conversación entre el exalcalde de Cortazar, Hugo Estefanía, y el brazo derecho de El Marro: Noé Lara Belman, El Puma.
En esa charla el exalcalde, líder estatal del PRD, explicaba al Puma nuevas maneras de robar dinero público: “Yo te digo cómo… porque hay un chingo de recursos limpiecitos, sin broncas. Del fondo uno, del fondo dos; yo traigo cuánto va a llegar, cómo hacerle; viene un fondo para (combatir) lo del huachicol… De la pura pinche obra pública yo ya traigo 30 millones ahí ganados”.
En la misma charla, Estefanía sugería “recuperar una feria” extorsionando Oxxos, y confesaba tener asegurada la candidatura para el gobierno del estado en 2024.
El Puma le confiaba a Estefanía, a su vez, que el alcalde de San José Iturbide, Genaro Martín Zúñiga, de Morena, “es mi amigo: yo lo traía moviendo hasta garrafas, cabrón”.
Aquella llamada fue leída por El Marro como una traición. El Puma, según reportes de inteligencia, fue expulsado del cártel. Se cree que comenzó a filtrar información sensible a los enemigos de El Marro, y que luego buscó el apoyo de alguno de los grupos del Cártel de Sinaloa: los detenidos en el Vips eran cercanos a los hijos del Chapo Guzmán: los Chapitos.
Hugo Estefanía fue asesinado el 30 de noviembre pasado en el interior de la empresa de autotransporte de la que era propietario. Se hallaba vinculado a proceso: el gobierno del estado estaba a unos días de detenerlo. Hombres armados entraron al establecimiento y le dispararon en la cabeza, el tórax y el abdomen.
Hoy, ante el pasmo de la Guardia Nacional, Guanajuato no es solo el escenario brutal de la guerra entre el Cártel de Santa Rosa y el Cártel Jalisco.
Es también la víctima de otra confrontación en la que, según fuentes de seguridad, están participando ya grupos procedentes de Sinaloa.