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Nuevo Laredo: Entre balaceras y el Covid Saturadas, las funerarias

En las últimas semanas las funerarias se han visto rebasadas con las muertes registradas no sólo por Covid 19, sino por otro tipo de fallecimientos, superando al personal de los velatorios.

En Nuevo Laredo sólo hay dos crematorios, lo que complica la agilidad del servicio, ya que al tener servicio contratado se le da prioridad y las atenciones que surgen de manera diaria se programan, por lo que se tardan entre dos y tres días para ir por los cuerpos.

“Las funerarias están saturadas, se están tardando mucho para recoger los cuerpos, por eso se trajo la caja refrigeradora, porque la capacidad que se tiene de los crematorios es insuficiente”, dijo Óscar González Arrambide, jefe de la jurisdicción Sanitaria.

Este termoking -caja tráiler refrigerante- se instaló en el Hospital General Solidaridad para que se coloquen ahí los cuerpos, mientras pasan por ellos.

Reconoció que esta situación que se presenta por la pandemia es complicada, y todos los días se presentan problemas por esta causa.

“Está muy complicado esto, todos los días estamos teniendo broncas, ya que cuando fallece una persona la funeraria se tarda mucho para ir por ellos, especialmente cuando están en domicilio”, afirmó.

“Lo que pasa que ya tienen sus contratos y deben de prestar sus servicios, entonces retardan mucho esto”, expresó González Arrambide.

Ya se autorizó que las personas que fallecieron por Covid pueden ser inhumadas, ya no sólo cremadas, de tal manera que quien muere y si se tenía contratado su servicio funerario, pueden comunicarse con ellos para que realicen el sepelio.

La única consigna, manifestó González Arrambide, es que el terreno donde sepultaron el cuerpo quedará sin volverse a usar durante seis años después, ya que queda sellado.

“El cuerpo se mete en doble bolsa en una caja metálica sellada y la fosa se sella, por lo que se queda bloqueado por seis años”, explicó.

Mencionó que al igual que la incineración no hay velación, en este caso sólo se permiten 10 personas, pero lo ideal es que no asistan, ya que aunque al morir la persona, el virus no desaparece, no deben de tocar el ataúd.